De pequeña recibia más de bofetón cuando hurgaba en mis narices. Previamente algún mayor recriminaba mi acción, cuando no hacia caso, venía su mano directa a mi cara. Supongo que no he sido la única en recibir reprimendas como esta.
Solo que entonces no me hubiera imaginado pasar tantos apuros como ahora con mis narices. Las cuido, las mimo. Las limpio con pañuelos, con agua con sal mañana y noche. Dicen que es un remedio naturista que va bien para la salud.Limpiamos mucosidad y vete a saber que más, tal y como está la atmosfera en estos tiempos de Pandemia . Todo sea para mantenerte sana ahora que intentar ser atendida en un centro sanitario es misión imposible.
Por esto estoy bastante harta de la situación creada: No me dejan, socialmente no es correcto, ni en el bus, ni en el trabajo puedo hurgar en mis narices... Pero si pueden los otros.
He perdido la cuenta de los PCR que me han hecho, da la impresión que esta de moda darle vueltas al bastoncillo de marras, el último fue especialmente doloroso, creo que casi me llega el plástico a la oreja a través de la trompa de Eustaquio. No dije nada, pero el improperio que pensé aún lo tengo en la mente.
Quizás está fuera de lugar este escrito, pero el desánimo, la tristeza, los problemas de todo tipo que estamos viviendo requieren alguna sonrisa aunque sea banal y pasajera. Esta era mi intención.
He perdido la cuenta de los PCR que me han hecho, da la impresión que esta de moda darle vueltas al bastoncillo de marras, el último fue especialmente doloroso, creo que casi me llega el plástico a la oreja a través de la trompa de Eustaquio. No dije nada, pero el improperio que pensé aún lo tengo en la mente.
Quizás está fuera de lugar este escrito, pero el desánimo, la tristeza, los problemas de todo tipo que estamos viviendo requieren alguna sonrisa aunque sea banal y pasajera. Esta era mi intención.
No hay comentarios:
Publicar un comentario