Lo reconozco: en más de una ocasión he huido. No siempre he sabido estar al lado del residente, de la persona. He tenido miedo. La angustia que no puedes frenar,una opresión desmedida, me ha obligado a marcharme sabiendo que no era lo mejor, pero el bloqueo era excesivo y poco podía hacer si me quedaba.
Aquí no voy a mentir. Ver el dolor cuando este se da con toda su fuerza y rudeza no es fácil. Hay profesionalidad. Cierto. Solo que en situaciones extremas no siempre funciona la regla experta de ser competente en tu trabajo.
Sobrellevar según qué situaciones no es tarea fácil.Los motivos pueden ser muchos: te ves reflejado, sin querer rememoras situaciones, muertes queridas, a lo mejor aún no superadas. También la relación de años con la persona ingresada, la complicidad con la familia, o los múltiples desencuentros acaecidos con esta o el residente. Sea lo que sea quieres marchar, desaparecer, levantar el vuelo y emigrar como las golondrinas al final del verano. Si te quedas es porque eres santa o inconsciente, situación que no es mi caso.
Siempre recuerdas el momento, la persona, porque dijiste aquella excusa, porque no subiste a verla…También hay alguna cara, alguna situación que está marcada con fuego en tu memoria.
Llorar es el medio corporal, donde el sentimiento se expresa con toda su crudeza, donde toda tú se vacía de la rabia, de la angustia de no haber sabido estar a su lado. Un compromiso profesional que esta vez no lo has cumplido, solo que tu humanidad, tu indefensión te ha traicionado cuando él o ella más te necesitaban. Tengo mis rincones donde nadie me puede ver. Alguna vez el dolor ha sido tan grande que he sabido buscar consuelo en la compañera fiel que siempre saber leer tu rostro desencajado. Nunca dice nada. Pero está a mi lado y me abraza. Ahora, con el Covid-19, ni eso puedo recibir!!!.
Solo de esta manera, seré capaz de volver a entrar en aquella habitación recompuesta anímicamente. Con el fuero interno diciéndome que todo está otra vez bajo control. Esperando con calma la próxima huida, es inevitable. Mañana, quizás semana próxima o por Navidad. Pero vendrá
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