¿Por qué veo en la calle gente sin mascarita y debo obligar a los abuelos que mañana podrán ver a sus familiares por primera vez desde primeros de marzo llevarla?
¿Por qué hay que mantener a rajatabla distancias en los geriátricos durante las comidas o actividades y en las terrazas de los bares de la rambla de Ripollet, todo el mundo está tocándose o muy cercano al compañero de la mesa?
¿Por qué no pueden las familias abrazar a su ser querido cuando los adolescentes, parejas de un día, amigas, van en manada o muy juntos por la calle, tocándose continuamente?¿Por qué esconder mitad del rostro con la mascarilla imposibilitando que ella me lea los labios, sé que la estoy discriminando además de aislarla aún más?¿Por qué debemos planificar con el CAP las visitas que no sean estrictamente necesarias y posponerlas sine die por el riesgo que comporta salir de la residencia para la persona mayor, no hay otras razones quizás?¿Por qué hemos optado como sociedad a no querer escuchar la voz de las personas mayores de los geriátricos? Quizás creemos de forma errónea que todos están cognitivamente mal o están tutelados. Hay un porcentaje elevado que pueden y deben decidir por ellos, tiene sus derechos y su libertad, pero con la pandemia se ha optado por dejarlos sin voz.¿Por qué un confinamiento tan estricto si tampoco pudimos parar la mortalidad? ¿Qué hubiera pasado si no lo hubiéramos hecho?
¿Por qué mandarlos al hospital con la idea de salvarlos y protegerlos cuando no todos volvieron y los que lo hicieron, alguno está peor?
¿Por qué no tiene consuelo? Vio su madre agonizando, todo el equipo se volcó a pesar de ser un día muy duro en la unidad. No poderla verla muerta. No tener un velatorio, solo una caja cerrada que después se incinero la ha dejado muy triste y con un duelo muy difícil de llevar.Preguntas, una detrás de otra, van y vienen y no se dar sentido a tantas dudas, cuestiones que me atenazan, el miedo atroz a que se repita un rebrote.Pero lo que me preocupa es el trato que como sociedad hemos dado a las personas mayores que están en las residencias, aislar a los más frágiles no es viable, pero intuyo, con las imágenes que veo en la calle que a nadie le importa.Esta sociedad no tiene futuro si se deja llevar por el egoísmo desenfrenado de los individualismos, será el fin de la Humanidad. La pandemia puede ser una oportunidad de cambio. Me aferro a esta idea.
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay
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