Miramos a los ojos para poder contemplar la humanidad de la persona. No sirve una ojeada fugaz, estas no cuestan nada y no tienen ni sentido ni profundidad. La mirada autentica es aquella que mira a los ojos del otro ser humano para poder ver su esencia en ella.
Esta sociedad nuestra, pandémica, enferma en muchos sentidos y no solo físicamente. Inmersa en un laberinto complejo de resolver sobre todo por una falta de valores que daban antaño una cierta consistencia a las personas y no estoy hablando de rituales religiosos únicamente.
El individualismo desenfrenado se ha llevado por delante algo tan necesario como el respeto al otro, el hecho de convivir con otras etnias o culturas. La empatía, para entender a la persona que llora o sufre, dándole consuelo sentido y sincero. Dotarse de paciencia, y dejarle que nos invada con sus preguntas angustiadas. Recrearse con el tiempo o darlo sin pedir nada a cambio, que aún es más importante si cabe. Sincerarse aunque cueste perdida de status o mostrarse sin ningún velo o maquillajes.
Si lo hiciéremos, si fuéramos otra vez humanos en nuestras miradas, si nos abriéramos al otro sin reservas o miedos, no se produciría ningún maltrato sea persona mayor, hombre, mujer o niño. Porque en la mirada es donde se contempla la grandiosidad de la persona que tenemos delante. No es porque sí que los vegetarianos no quieren comer nada, ningún alimento o animal que tenga ojos y pueda mostrar su dolor en el momento de su muerte.
Este el gran reto que tenemos como sociedad post pandémica :MIRAR, RECREARSE CON TODOS LOS SENTIDOS PARA CONTEMPLAR AL SER HUMANO QUE NOS HABLA, QUE NOS PIDE UN POCO DE RESPECTO, DE COMPASION.
Se habla de reformular la asistencia geriátrica, el modelo asistencial de las residencias se ha visto sobradamente que no es viable, podremos hacerlo muy bien o muy mal. Pero la base, lo más importante debe ser nuestras miradas de atención en la cura, en el hablar, en asear al anciano o anciana. Darles tiempo y dárselo con consideración, empatía y porque no decirlo cariño.
La Pandemia nos ha llevado un cambio histórico que nadie preveía, la problemática económica es gravísima, habrá que ver cómo se resuelve. No obstante, la Humanidad cuando descubrió el fuego o la rueda también transformo su realidad social prehistórica. En este momento, si recuperamos la mirada externa e interna también podremos hacerlo.
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