Tener aprensión es lógico. Sería absurdo negar que ir a trabajar en un geriátrico ahora es fácil. Se necesitan agallas, todo el personal sanitario en estos momentos, si pudiera se quedaría en casa, y miente como un cosaco quien lo niegue.
Ayer, a primera hora, una persona ha venido aterrorizada y se ha negado en redondo a trabajar. No he sido capaz de ayudarla, era un cerrojo andante que había tirado las llaves para no ver su interior. Le he intentado hacerle comprender que ella misma estaba en una prisión de miedo íntimo que la paralizaba totalmente. Ayudar a alguien que está encerrada en un bucle de desasosiego es utópico.
No habido manera, se ha ido al CAP y tiene su baja. Un gerocultor menos, en estos momentos es un lujo que no nos podemos permitir, pero no nos ha dado alternativas.
Esta plaga que nos acecha, provoca huidas como la que he narrado, lo puedo comprender, pero no aceptar. El mundo sanitario es una fuente de satisfacciones si trabajas en él con ahínco y dedicación, pero requiere tablas, saber hacer y sobretodo aceptar que pueden venir malos tiempos como los de ahora.
Todo sanitario debe haber hecho un análisis interno de valores, creencias, aceptación de la muerte propia y ajena, comprender si se puede, el dolor absurdo e inexplicable que acecha día si día no. No es factible hacer el puzle a la primera, requiere tiempo. Me di de bruces en esta paranoia de buscar respuestas en la UCI de pediatría del hospital de Sant Pau. Muchos años han pasado y aun encajo piezas, otras ni se dónde ponerlas. Solo quisiera que el conjunto del entramado, que me configura como persona esté acabado unos segundos antes de morirme, sé que entonces moriré en paz. Terminada mi tarea en el mundo, marcharía sonriendo, cogidita al brazo de la Muerte, no fuera que me diera un traspiés y me cayera en el intento de marcharme por el foro de la Vida.
Mi compañera, puede ser que lea este escrito. Por eso le digo que se ha equivocado de trabajo .Es comprensible su miedo, pero la muerte en un geriátrico, en hospitales, es una realidad que está en los rostros de los enfermos, muchos se curan, pero otros se quedan en el cementerio, no verlo, es ceguera permanente.
Así que atento el personal: QUIEN QUIERA SER MEDICO, ENFERMERA, AUXILIAR, GEROCULTOR, CAMILLERO, CONDUCTOR DE AMBULANCIAS, INSTRUMENTISTA, COMADRONA, FISIOTERAPEUTA, LOGOPEDA, TERAPEUTA OCUPACIONAL…. Que lo tenga mínimamente claro, pandemias vendrán más, que nadie se equivoque.
Aún puede aprender a tocar el violín en la orquesta de su pueblo y encima sin mascarilla. Mejor imposible.
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