viernes, 17 de septiembre de 2021

El gato



Lleva dos días que no viene, con hoy ya serán tres.

Nació esta primavera, vi la gata con el gatito, escuálido,los ojos hundidos, muy tristones. Se le marcaban todos los huesos. Me dio pena. Eran gatos de calle, ves a saber de dónde venían.

Empecé a dejar un puñado de comida. La madre desapareció pero el gatito iba viniendo cada día puntual. Al levantar la persiana ya estaba allí. Observe que dormía en un rincón del porche.

Me acostumbre a él. Le puse un nombre, le hacía fiestas y poco a poco los ojos cogieron vida, su cuerpo empezó a tener formas más regordetas. Corría con alegría y daba la impresión de ser feliz.

Como vino se fue.No volverá, lo sé. No retiro aun el plato, ni el cazón con el agua.Le daré un margen, pero lo dudo. Me había acostumbrado a su presencia, a su mirada.

Como los residentes que he cuidado en la residencia. Son años con ellos, luchando para que su fragilidad, su ancianidad no les pase factura antes de tiempo, solo que mas tarde o mas temprano, tambien se van.

Hoy considero importante hacer un duelo al gato, también para todos los rostros que he visto y que he intentado cuidar.No curar, harto  dificil en edades avanzadas. Ser enfermera es saber decir adiós y hacerlo con profesionalidad,  con una humanidad inmensa, solo asi das paz al residente, a la familia y evidentemente a ti misma.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Visita al WC. ¿Porque no los llevamos?

  Dar un curso de geriatría en el Lloc de la Dona me ha recordado una cosa que siempre observaba. Sabiendo de sobras que poco podríamos ha...