No están. Aunque quisieran no pueden venir todos. Las visitas familiares son contadas, medidas , escrutadas, comedidas en gestos y palabras.
Alguien dirá que no pasa nada que no es importante, que hay teléfonos , video llamadas, toda la tecnológica puntera al servicio de las familias y de los residentes. Puede ser.
Solo que al volver ahora de las vacaciones las he encontrado en falta de una manera muy punzante. Aquella relación cotidiana, las conversaciones a veces triviales mientras la hija intentaba que su madre comiera. Mi espera a que Maria abriera la boca para poderle dar la pastilla sin que me la escupiera.
También añoro el hijo angustiado con sus reclamaciones de atención permanente a su padre y las muchas veces que tuve que escuchar sus cuitas imaginarias de enfermedades hipotéticas a cual mas dramática.
Pero sobretodo agosto es mes de los nietos e hijos desaparecidos en combate. No en ninguna trifulca guerrera. La razón es otra: los principales cuidadores se marchan de vacaciones. Desaparecen. No vienen, ya sea porque están en la esquina y no quieren venir unos días o porque se van al Japón a comer sushi, con la Pandemia esta excusa ya no es valida, espero que no lo diga nadie este año.
Entonces aparecen en la residencia los que nunca se dejan ver. Todos empiezan a estar pendientes del abuelo/abuela. No debe faltarle de nada aunque ellos solo vengan a verlo por Navidad (en los mejor de los casos). Hoy uno de ellos, ha sido realmente muy concienzudo en su reclamación y ha querido ser recibido por dirección por mala praxis según él de enfermería. Por suerte para mí todo se ha resuelto bien y la directora con buenas palabras ha canalizado la queja que no tenía fundamento.
Pero con reclamaciones o sin ellas, los encuentro en falta, a todos, hijos, nietos, sobrinos, mascotas varias, cuidadores, vecinos, amigos… si yo que no tengo apego emocional o relaciones frecuentes los añoro: ¿ como lo viven los residentes?. No es necesario ser muy lucida o tener inteligencia emocional extrema. La no presencia de las familias es una merma importarte de bienestar y calor familiar que solo se salda con tristeza, melacolia y perdida cognitiva a corto, medio o largo plazo.
Esta es la realidad, ademas que nosotros perdemos mucha información con estas charlas diarias con las familias, ellos son los que mejor los conocen, notan mejor los cambios en las personas queridas.
Estoy sentada delante el ordenador y veo mis manos vacías,encima del teclado. Todos sufrimos este dolor de no poderse ver, hablar, saber, comunicarse, reír, ver las sonrisas en los rostros, tocarse, abrazarse, consolar como antaño.
En aras de la mantener la salud de los residentes , lo que estamos dejando por el camino es la humanidad en le tracto familiar en la asistencia geriátrica.
Imagen de Benjamin Alexander en Pixabay (foto ordenador)
Imagen de brfcs en Pixabay (tres generaciones)
Molt encertat. El distanciament social també passarà factura...
ResponderEliminarJa ho esta fent per desgracia
ResponderEliminarL'equilibri emocional també és salut.
ResponderEliminarPotser s'hauria de revisar el concepte de salut.
Salut és molt més que una alteració fisiològica. La medecina i la política, perquè res no té ideologia o interessos, ens estan portant a una situació límit amb les persones grans de les residències.
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