martes, 28 de septiembre de 2021

Una nieta mercenaria

 


Cuando mi sobrina lo contó mi asombro fue mayúsculo. Quede literalmente pasmada del planteamiento familiar tan lastimoso.

Una amiga de la universidad, le confesó que su padre le pasaba una asignación cada vez que iba a ver a su abuela. Vivía aún en su casa y una de las ilusiones más importantes era ver a su nieta, solo que esta nunca la tenía en su lista de prioridades. Cualquier cosa era mejor que ir a ver a una persona anciana, por más familiar que fuera. Con dinero de por medio, la nieta iba y la abuela quedaba contenta.

No tuve información de la duración de la visita, si era larga de tiempo y confidencias. Si conllevaba alguna comida o paseo. Sospeche que con la evidencia económica impuesta sería posiblemente muy protocolaria, concisa en gestos y minutos.

Me escandalizo, no solo por la situación en sí misma sino también por la falta de visión de futuro del padre.

Si tenía que pagar por una visita, ¿era consciente de que sería tratado igual? ¿Realmente esperaba ser visitado por su hija cuando enfermara, si hiciera mayor o iniciara un declive acentuado a la dependencia absoluta?.

Quizás está ya pensando en establecer un circuito de pagos a modo Bizum, o un tutor externo preparado con antelación para poder dar a esta nieta-hija la asignación económica pertinente.

Por suerte, mi sobrina criticaba abiertamente a su amiga, le afeo su comportamiento, pero no se inmutó lo más mínimo.

Quedamos entristecidas de pesar que quizás esta situación no sea tan inusual.

Recuerdo que las visitas de los nietos eran frecuentes en la residencia si eran pequeños, después desaparecían. Si había suerte iban a ver a los abuelos por Navidad, otros ni eso. Ahora con el Covid-19. La excusa es perfecta.

La soledad es una de las lacras más duras de las personas mayores, tanto si viven en residencias como en sus casas. La falta de convivencia, de afecto y estima consume mucho más que una enfermedad física repercute emocionalmente y acaba haciendo mella en la persona.

Supongo que la abuela esta feliz. Espero que nunca sepa la verdad, pero tampoco es inimaginable que sepa de sobras que su nieta es una mercenaria, estas cosas a la larga o la corta se notan.

martes, 21 de septiembre de 2021

Es mayor, pero se mueve bien


Todo requiere su tiempo, a veces esperas o deseas ir a la velocidad de la luz, otras te gustaría ser tortuga. Por suerte, he sido agraciada por la vida con un trabajo estable, son muchos años cotizados. Tocaba jubilarse.

El ritmo vital ha cambiado de un día por otro, una enfermedad inesperada ha ayudado a tomar la decisión. Ser enfermera marca de por vida, no voy a entrar si tenía o no vocación cuando empece, supongo que fue un descubrimiento paulatino. Pero me encantaba.

La Pandemia ha podido conmigo. Creía que era fuerte, me sentía bien pero era falso. No saber ver la sintomatología del estrés en mi misma, demuestra que he fallado como enfermera cuando soy la artista principal a quien cuidar y dar los correspondientes mimos. No he sabido escuchar mi cuerpo, hasta que se ha plantado y me ha dejado tirada en la cuneta.¡Me está bien por sabionda!!

Así que toca cambiar de registro: Ahora no curo, me curan. Los madrugones para ir a la residencia se han convertido en paseos matutinos para rebajar el colesterol con las amigas, con tiempo sobrado para una corta siesta en el sillón al mediodia.

A pesar de todo, es muy difícil borrar de tu mente conocimientos, curas enfermeras, empatía a raudales… ahora estoy jugando un partido donde no debes decir que no lo hacen bien, que tú lo harías así o asa.

Como la enfermera que explicaba a la alumna como debía actuar conmigo. Entremedio, una simple cortina del box donde estaba de Urgencias, a dos pasos de mí. La oí alto y claro a pesar de mis audífonos:

Quiere que le pongamos la cuña para orinar. No tendrás problemas, es mayor, pero se mueve bien”.

Me quede muda, pero no ciega ni sorda. Más bien pasmada que una compañera muy joven, considerada mayor alguien con sesenta y cinco años.

¿Qué pasaría si trabajara en la residencia en vez de urgencias?. Allí si hay personas con edades avanzadas y os aseguro se mueven, no todos es verdad, de maravilla.

¿O es que acaso
ser mayor comporta no saber moverte ni para levantar mínimamente el culo de la camilla?.

Por no decir que la palabra mayor es una forma encubierta de decir que eres un poquito rara, excluyente casi para vivir y ser autónomo.

¡O sea que mejor ir pensando en tu propio entierro para dejarlo todo bien atado y sobretodo pagado!

Lo dicho, estuve a punto de protestar, pero me calle. Era más urgente dar libertad de espacio a mi vejiga.

El Edanismo es una lacra social que está haciendo mucho daño. Guarde silencio quizás porque no estaba física ni emocionalmente bien, pero reivindico no ser catalogada a la primera de cambio por nadie y sobre todo por una enfermera como una persona con movilidad reducida por tener sesenta y cinco años.

Solo espero fuera su juventud la que le hiciera hablar con tanta ligereza. Porque si no fuera así aún se agrandan más mis dudas, indicaría que las enfermeras hemos perdido el arte de la compasión en las curas, con el máximo respeto por el paciente que tratamos.

Esta es la cuestión.

Nunca hubiera pensado que una cuña para orinar, me hubiera hecho escribir tanto. 


viernes, 17 de septiembre de 2021

El gato



Lleva dos días que no viene, con hoy ya serán tres.

Nació esta primavera, vi la gata con el gatito, escuálido,los ojos hundidos, muy tristones. Se le marcaban todos los huesos. Me dio pena. Eran gatos de calle, ves a saber de dónde venían.

Empecé a dejar un puñado de comida. La madre desapareció pero el gatito iba viniendo cada día puntual. Al levantar la persiana ya estaba allí. Observe que dormía en un rincón del porche.

Me acostumbre a él. Le puse un nombre, le hacía fiestas y poco a poco los ojos cogieron vida, su cuerpo empezó a tener formas más regordetas. Corría con alegría y daba la impresión de ser feliz.

Como vino se fue.No volverá, lo sé. No retiro aun el plato, ni el cazón con el agua.Le daré un margen, pero lo dudo. Me había acostumbrado a su presencia, a su mirada.

Como los residentes que he cuidado en la residencia. Son años con ellos, luchando para que su fragilidad, su ancianidad no les pase factura antes de tiempo, solo que mas tarde o mas temprano, tambien se van.

Hoy considero importante hacer un duelo al gato, también para todos los rostros que he visto y que he intentado cuidar.No curar, harto  dificil en edades avanzadas. Ser enfermera es saber decir adiós y hacerlo con profesionalidad,  con una humanidad inmensa, solo asi das paz al residente, a la familia y evidentemente a ti misma.



Visita al WC. ¿Porque no los llevamos?

  Dar un curso de geriatría en el Lloc de la Dona me ha recordado una cosa que siempre observaba. Sabiendo de sobras que poco podríamos ha...